Enviado por Pepe Pelayo el Mar, 23/04/2013 - 13:53
Ada, es un niño que en realidad se llama Adalberto y tiene un hermano menor, cuyo nombre es Yoyito, y son los protagonistas de una serie de libros de la Editorial Alfaguara Chile.
El primero lo titulé: "Cuentos de Ada", haciéndo un juego de palabras, ya que los niños siempre me dicen en mis visitas a sus centros educacionales, que no les gustan los cuentos de Hadas.
Nunca me imaginé que se convirtiera en el más vendido de mis libros. Y no sólo eso, lo han publicado también en Alfaguara Ecuador, Alfaguara Paraguay y Alfaguara Argentina, comercializándose además en Panamá, Costa Rica y Nicaragua.
Enviado por Pepe Pelayo el Jue, 04/04/2013 - 12:51
En la ciudad de La Habana, el pasado 2 de abril, en la Galería "Francisco Vázquez" del diario Juventud Rebelde, la periodista y presidenta de la delegación de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) del propio diario, Agnerys Rodríguez Gavilán, hizo la presentación de la exposición y premiación del concurso FOTOTEX en homenaje al destacado humorista cubano Juan M. Betancourt, Betán; como premiación colateral en la XVIII Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, 2013.
Enviado por Pepe Pelayo el Lun, 11/03/2013 - 14:56
Esta colección nace cuando comencé a comprarle de regalo algunas flautas autóctonas chilenas a mi hijo Axel, que estudiaba en Cuba oboe en la Escuela Nacional de Arte. Así, lo esperé en Santiago con varias de ellas. Pero al cabo del tiempo en este país, él abandonó la música, estudió comunicación audiovisual y se casó. Entonces me quedé con los instrumentos y comencé a coleccionarlos cada vez con mayor interés.
Enviado por Pepe Pelayo el Dom, 10/03/2013 - 15:19
Quise subir aquí está Campaña Nacional contra la piratería (para los que no conocen este término, la “piratería” es el plagio descarado de ciertas obras, en este caso artísticas), porque es un temazo, como para debatirlo bien.
Unos cuantos títulos míos están pirateados; es decir, un delincuente tomó mi obra en este caso, lo fotocopió o imprimió de forma muy tosca y se ponen a venderlos ellos mismos, o se lo dan después a distribuidores -también delincuentes, claro- que lo venden en ferias, aceras y hasta en ciertas librerías. (También los delincuentes están en Internet).